El efecto negativo de los estándares en la salud mental

Los estándares sociales pueden generar una serie de problemas de salud mental debido a su naturaleza subjetiva y a menudo excluyente. Los estándares sociales pueden afectar negativamente la salud mental de las personas de varias maneras:

Presión y estrés: La presión para cumplir con los estándares sociales puede generar estrés y ansiedad, especialmente cuando las personas sienten que no pueden alcanzar esas expectativas.
Baja autoestima: Cuando las personas no cumplen con los estándares sociales percibidos como «ideales», pueden experimentar baja autoestima y sentimientos de inadecuación.
Comparación constante: Los estándares sociales a menudo fomentan la comparación entre las personas, lo que puede conducir a sentimientos de inferioridad y envidia.
Aislamiento social: Aquellos que perciben que no cumplen con los estándares sociales pueden sentirse excluidos o marginados, lo que puede llevar al aislamiento social y la soledad.
Trastornos de la conducta alimentaria (TCA): Los estándares de belleza corporal pueden contribuir al desarrollo de trastornos de la alimentación como la anorexia nerviosa y la bulimia, cuando las personas intentan alcanzar un cuerpo «ideal».
Depresión: La presión constante para cumplir con los estándares sociales puede contribuir al desarrollo de la depresión, especialmente si las personas sienten que nunca pueden satisfacer esas expectativas.

Bulimia nerviosa

La bulimia nerviosa es un trastorno alimentario complejo que puede estar influenciado por una variedad de factores, y los estándares sociales son uno de ellos. Aquí hay algunas formas en que los estándares sociales pueden contribuir al desarrollo de la bulimia:

Presión para alcanzar un «ideal» de belleza corporal: Los estándares sociales a menudo promueven un ideal de belleza delgado y esbelto, lo que puede llevar a las personas a sentir una presión extrema para alcanzar ese estándar, incluso si es poco realista o poco saludable.
Cultura de la dieta y la restricción alimentaria: Las normas sociales que promueven la dieta y la restricción alimentaria pueden crear un entorno en el que las personas se sientan obligadas a controlar su ingesta de alimentos de manera extrema, lo que puede desencadenar comportamientos bulímicos como atracones y purgas.
Comparación social y baja autoestima: La tendencia a compararse con los demás y sentirse insatisfecho con el propio cuerpo puede contribuir a sentimientos de baja autoestima y autoimagen negativa, lo que a su vez puede desencadenar comportamientos bulímicos como una forma de lidiar con estos sentimientos.
Reforzamiento de estereotipos de género: En muchos casos, los estándares sociales de belleza corporal están estrechamente vinculados a los roles de género tradicionales, lo que puede aumentar la presión sobre las mujeres para que cumplan con ciertos estándares de delgadez y belleza.

Anorexia nerviosa

La anorexia nerviosa es un trastorno alimentario grave que puede estar influenciado por varios factores, incluidos los estándares sociales de belleza y delgadez:

Idealización de la delgadez: Los estándares sociales a menudo promueven un ideal de belleza delgado y esbelto como deseable y aspiracional. Esto puede llevar a las personas a internalizar la creencia de que solo alcanzarán la felicidad o el éxito si tienen un cuerpo delgado.
Presión para cumplir con el estándar de belleza: Las personas pueden sentir una intensa presión para cumplir con los estándares de belleza establecidos por la sociedad, lo que puede llevar a comportamientos extremos en relación con la dieta y el ejercicio para lograr y mantener un cuerpo delgado.
Comparación social y baja autoestima: La tendencia a compararse con los demás y sentirse insatisfecho con el propio cuerpo puede contribuir a sentimientos de baja autoestima y autoimagen negativa. Las personas pueden recurrir a la restricción alimentaria como una forma de obtener un sentido de control sobre sus cuerpos y sus vidas.
Cultura de la dieta y la restricción alimentaria: Los estándares sociales que promueven la dieta y la restricción alimentaria pueden crear un entorno en el que las personas se sientan obligadas a controlar su ingesta de alimentos de manera extrema como una forma de alcanzar el ideal de delgadez.