manejatumente

¿Qué es el trastorno de pánico?

El trastorno de pánico es un tipo de trastorno de ansiedad en el que una persona experimenta repetidos episodios de miedo intenso y repentino, conocidos como ataques de pánico. Estos ataques pueden venir acompañados de síntomas físicos como palpitaciones, sudoración, temblores, dificultad para respirar y sensación de ahogo, así como síntomas psicológicos como miedo a morir, perder el control o volverse loco. Estos ataques pueden ocurrir de forma inesperada o desencadenarse por situaciones específicas. El trastorno de pánico puede ser debilitante y afectar significativamente la calidad de vida de quien lo padece.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los síntomas del trastorno de pánico pueden variar de una persona a otra, pero generalmente incluyen:

  1. Ataques de pánico repentinos e intensos, que pueden durar varios minutos.
  2. Palpitaciones, taquicardia o sensación de que el corazón está latiendo muy rápido.
  3. Sudoración excesiva.
  4. Temblores o sacudidas.
  5. Sensación de falta de aire o ahogo.
  6. Sensación de asfixia.
  7. Dolor o molestia en el pecho.
  8. Náuseas o malestar abdominal.
  9. Mareos, sensación de desmayo o aturdimiento.
  10.  Sensación de irrealidad o separación de uno mismo.
  11. Miedo a perder el control o volverse loco.
  12. Miedo a morir.
  13.  Sensación de entumecimiento u hormigueo en las extremidades.
  14.  Escalofríos o sofocos.

¿Cuáles son sus trastornos?

El tratamiento del trastorno de pánico puede implicar una combinación de terapia y medicación. Aquí tienes una descripción de los tratamientos comunes:

  1. Terapia cognitivo-conductual (TCC): Esta es la terapia más efectiva para el trastorno de pánico. Ayuda a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a los ataques de pánico. También incluye técnicas de exposición gradual a situaciones que desencadenan el miedo.
  2. Terapia de exposición: Este enfoque implica enfrentarse gradualmente a las situaciones o sensaciones que desencadenan los ataques de pánico, permitiendo que la persona se acostumbre a ellas y reduciendo la ansiedad.
  3. Medicamentos: Los antidepresivos, en particular los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina), son comúnmente recetados para el trastorno de pánico. Los benzodiazepinas pueden recetarse a corto plazo para aliviar los síntomas agudos, pero su uso a largo plazo puede llevar a la dependencia.
  4. Terapia de relajación: Técnicas como la respiración profunda, la relajación muscular progresiva y la meditación pueden ayudar a reducir la ansiedad y la frecuencia de los ataques de pánico.
  5. Ejercicio regular: La actividad física regular puede ayudar a reducir los niveles de ansiedad y mejorar el estado de ánimo.
  6. Evitar estimulantes: La cafeína, la nicotina y otros estimulantes pueden aumentar la ansiedad y desencadenar ataques de pánico, por lo que es recomendable evitarlos.
Ir al contenido